lunes, 19 de mayo de 2008

Los insectos y mi casa

Ya un mes en Cuernavaca, unas dos semanas y media viviendo por acá, creo que lo mas dificil es acostumbrarse al calor, sobre todo en las noches donde es dificil conciliar el sueño, la casa es como un sauna, guarda todo el calor del día y lo almacena durante la noche, las hormigas es otro asunto que no termina de convencerme, de hecho creo que viven en la puerta ya que es ahí donde en repetidas ocasiones las he visto en grandes cantidades, ajá, el jueves pasado había una enorme manifestación de hormigas, supongo que estaban contentas porque venían cargando un escarabajo (o creo que eso era cuando estaba vivo) y se dirigían a un orificio de la puerta de la cocina, fué ahi donde el Baygón hizo su trabajo, las eliminé en dos minutos (es poderoso el baygón), para el viernes, todas las hormigas que quedaron espacidas por el pretil y por el marco de la ventana habían desaparecido, sí, así tal cual no había una sola de las que maté y eran muchas, al parecer son tan eficientes que cargan hasta con sus propios muertos y dejaron impecable el pretil y el marco de la puerta y, de hecho encontré también los restos de lo que al parecer era un alacrán justo en el orificio de la puerta, creo que comprarsé silicón y así terminaré con la plaga.

Por cierto y hablando de alacranes, el lunes pasado mientras me disponía a salir en huaraches encontré un alacrán (de los güeros) que venía en friega loca hacia adentro de la casa, me vió, lo ví y corrí a la alacena, esta vez no elegí el Baygón sino algo mas corrosivo, encontré una botella de un líquido en extremo tóxico pues con ese, regresé y rocié hasta cansarme sobre aquel insecto que quedó indefenso ante el poder de ese líquido, no se qué contenga, pero ví retorcerse a aquel alacrán hasta morir, quedé impresionado con el efecto de aquel recipiente que corrí al lavabo a lavarme las manos (no vaya a ser).

Después de esa experiencia creo que no es tan buena idea andar en huaraches por la casa :)