Una vez en el andén, camino hasta encontrar un espacio y me dispongo a esperar el metro, cosa rara, el metro tardó 7 o 9 minutos en pasar cuando cada 2 min pasa uno, al acercarse el metro y con la gente ya acumulada en el andén, se oye la voz de una mujer diciendo "dejenme pasar!, dejenme pasar!" hasta que a base de puro codazo mal plan llegó hasta donde estaba yo (por supuesto también me tocó codazo), como sea nadie le dijo nada porque aparentemente iba cuidando a una niña con uniforme de escuela como de 4 años asi que bueno la gente "le dió chance" que hiciera su espectáculo de codazos.
Pues se detiene el metro y nos acercamos a la puerta más cercana y oh sorpresa no se abren :S pasamos unos 3 minutos nos empezamos a hacer un poco para atrás pensando que se seguiría de largo, pero contrario a eso se quedó ahi estático, no había señal de que se moviera. De pronto! se veía como de la parte delantera se comenzaba a ver que los vagones se movían :O era un tipo todo malencarado avanzando por dentro del metro (ya que afuera en el andén estaba atascado de gente), pues total que el tipo pasó de largo y oyó a lo lejos como que desactivo la palanca de emergencia, pero, yo me quedé pensando: ¿cómo demonios alguien pudo jalar la palanca de emergencia si ni siquiera abrió las puertas?
Luego el metro comenzó a hacer ruiditos y comenzó a retroceder :S y mientras retrocedía alcancé a ver cómo 6 o 7 personas estaban sentados en un vagón con cara de "ya valió" y esos ¿cómo se subieron? bastante raro todo este asunto.
Hasta las quinientas llegó otro metro y nos subimos, claro la doña de la niña a base de puro codazo totalmente mal plan se abrio paso y se coló en primer lugar; avanzamos y en poco rato llegamos a la intersección, el metro abre las puertas y la señora desde la otra puerta (la que no se abre) se abrió paso no solo a codazos sino a puñetazos, al cruzar el marco de la puerta la mujer pisó los zapatos de la niña en su violencia y la niña cayó al piso, la gente detrás de ella empujando y la señora gritando, la niña tuvo suerte de no ser aplastada por la señora (que además era sumamente gorda) y esta a su vez por la gente que empujaba para poder bajarse del vagón.
La imprudencia ante todo.