sábado, 20 de agosto de 2011

El pueblo fantasma

Aunque en realidad no es un pueblo sino una mina, sí, hablo de Real de Catorce en San Luis Potosí, en 2009 fuí a darme una vuelta por allá ya que, 2 años antes no pude ir con los flickeros a causa del trabajo (como siempre) asi que me fuí solo a la aventura. 6 horas me separaron de ese destino y en resumen valió la pena, la vista, los lugares que recorrí fueron muy buenos.

El pueblo es pequeño, la población reducida, su economía esta basada en el turismo, ya que las tierras áridas no son buenas para el cultivo, un guía me dijo que cultivaba maíz cuando era temporada baja, pero cuando le pregunté dónde estaban sus tierras titubeo mucho.

La comida tradicional no es muy buena, tengo que admitirlo, pero como sea me la pasé bien y en algún momento pensé en regresar porque el lugar vale la pena.

Luego, 2 años después regresé para darme cuenta que la mina a la que llaman pueblo fantasma esta muy cercano a desaparecer, ahora solo se ven algunos muros, pero ya no se le ven formas, la barda que separaba a la mina se esta derrumbando dejando huecos muy grandes, el viento y la lluvia estan destrozando el camino de piedra y ahora cobran el paso aún cuando subes a pié, que bueno, no es que este mal pero deberían destinar parte de ese dinero a sostener el camino de piedra, solo cobran porque se les ocurrió cobrar.

Las artesanías ya no tienen nada de original, el centro de comercio que pusieron a la entrada esta ocupado al 50%, lo demás esta cerrado, las calles se están hundiendo y la gente te pide propina para todo, hasta para preguntar, el hotel al que fuí hace 2 años ya me cobró 150 pesos más y hay uno que cobra 700 pesos la noche solo por el cuarto, es decir, cobra como hotel de 5 estrellas y ni siquiera incluye desayuno y el hotel así que digas wow pues no, so far.

La iglesia estaba vacía, de hecho recuerdo que había mas banquitas, ahora solo hay la mitad, no había las veladoras de la otra vez, de hecho la mesita ya no existe. Entré al museo y solo habíamos 2 personas en los 3 niveles, había mas gente de staff de hecho.

Y lo más triste de todo, hace 2 años conocí a los correcaminos que pensé estaban extinguidos hacía años, lo ví y mi cara no podía ocultar la felicidad que me dió el verlos corriendo por la carretera, pero, este año no ví uno solo.

Real de Catorce se esta muriendo y sus habitantes no están haciendo nada por conservar este pueblo turístico, están construyendo al lado del camino de piedra y dejan atrás el paisaje lleno de yukas y arbustos, nopaleras que estan tirando para construir casas que para nada están acorde con las edificaciones de piedra y cantera.

Que triste pero tal vez la próxima vez que vaya a Real de Catorce el pueblo fantasma sea lo que te encuentres saliendo del tunel.

Bodega

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1 comentario:

::júbilo::haku:: dijo...

el pais se esta deshaciendo entre las manos