viernes, 11 de abril de 2008

nostalgia por la lluvia

Es lunes, hace algo de frio, seguro hay otro huracán en la costa, no sé, estuve algo desconectado de las noticias este fin de semana, ayer me desvelé un poco o en realidad no mucho pero ya no es igual que antes... no sé que hora es, todavía se ve muy obscuro, deben ser como las 5am... tal vez deba esperar a que suene mi despertador, escucho a mi perro paseando por la azotea vaya parece que nunca duerme, hoy tengo que ir a Cuernavaca, aunque no será por placer tengo una junta para un nuevo proyecto que inicio en esta semana precisamente, tengo muchas cosas que hacer aunque parece que una vez más hoy nos las voy a hacer, en fin, mi despertador suena, enciendo el radio aunque no me levanto, ya estoy despierto pero no tengo ganas de levantarme parece como si estuviera pegado, tal vez sea el frio, mi subconsciente me dice que no me debo levantar, pero bueno, arriba!... esta nublado hace mucho frio y aparte tengo que manejar en carretera, como sea, hay que empezar el día, después del baño y del desayuno salgo de la casa y tomo la ruta que hasta hace una semana era de todos los días, el periférico, lleno de baches, charcos, hoyos y pedazos del muro de contención tirados a la altura de Picacho. La carretera se ve despejada, eso es bueno, creo que es la primera vez que salgo por esta autopista al menos con este coche... de hecho por un momento olvide la famosa curva de la pera, para mi buena fortuna todo ese tiempo que estuve manejando hacia Toluca me sirvió bastante para reccionar rápido... después de 30 minutos estoy llegando a mi destino, el frio se fué, se siente calor húmedo en el ambiente, la junta empieza, creo que va a ser un largo día...

He salido de la junta con más incognitas de las que llevaba al iniciarla, bueno creo que eso ya es normal, asi es la industria del software... ahora a emprender el regreso a la ciudad, creo que ya es hora de comer, será buena idea detenerse en tres marías, comida barata y en general creo que es buena. Decenas de personas de los puestos dispuestos a atender a los automovilistas se acercan a ofrecer sus platillos, no puedo decir que haya uno bueno en especial, de hecho, creo que donde sea en bueno, no sé por qué pero a continuación mía llegaron tres autos más que se estacionaron atrás de mí, supongo que se debe a mi teoría de que al mexicano no le gusta estar solo, de las decenas de puestos pensaron al ver mi coche que sería bueno entrar al mismo lugar que ya tenía un cliente. Un par de quesadillas y otro más de barbacoa, algo tiene esta comida que siempre sabe bien, cierto?

Tengo sueño, creo que la junta me provocó cansancio, como sea tengo que continuar mi viaje todavía es temprano como para pensar en dormir... mientras manejo pienso en lo que pasó el día anterior, hay que tomar decisiones, sin ellas la vida tal vez sería menos arriesgada pero muy aburrida... ya estoy llegando al df parece que el frio cedió un poco, es mejor así, ya estoy llegando a mi casa, meto el coche y vuelvo a salir nuevamente rumbo a la oficina, el día se tornó lluvioso de repente, me gusta la lluvia pero en esta ocasión preferiría quedarme en casa, el sueño no ha pasado y todavía tengo que llegar a la oficina, subo al metro y espero a llegar a mi destino... salgo de la estación Etiopía y me doy cuenta que llueve fuerte, sin embargo me salgo de la estación con la intención de llegar lo antes posible a la oficina, la lluvía es intensa y me obliga a quedarme debajo de un anuncio de un banco, mientras espero poder seguir mi destino pienso, ¿cúantas veces pasé por esta misma situación cuando era estudiante? probablemente muchas, que tiempos aquellos en los que no me importaba mojarme, sentía cierta satisfacción por caminar bajo la lluvía mojándome sin importarme si me enfermaría, aquellas ocasiones en las que siendo estudiante pensaba en cómo sería mi vida al salir de la escuela, probablemente conseguiría un buen trabajo, tal vez compraría un coche, viajaría mucho, no sé, siendo estudiante se aspira a realmente poco, podía pasar un día completo con sólo 20 pesos en la bolsa, usaba los camiones del la extinta ruta 100 que cobraban un peso, el metro que cobraba mas o menos lo mismo, no comía ya que no me alcanzaba, prefería ahorrar lo que me sobraba para poder pagar una o dos comidas a la semana en la cafetería de la ESIME... ah que bueno era el taco arriero y el taco puma y ni que decir de las enchiladas verdes, las copias costaban 20 centavos y mi ropa era la de todos los días, a decir verdad ¿a quien le importaba vestir ropa de marca? :) recuerdo haberme comprado unos tenis nike que combinaban perfecto con los pantalones deslavados de tanto uso, no fumaba, afortunadamente para mi ese era un hábito que siempre me desagradó, llevaba pocas cosas en mi mochila ¿o era un morral? cierto era un morral de lona! creo que lo mas valioso que llevaba era mi calculadora y mis plumas de tinta china, vivía con poco dinero, algo de comida y no tenía preocupaciones materiales... ¿cuándo dejé de vivir tranquilo? ¿cuándo perdí todo eso? no me dí cuenta, ha pasado tan rápido el tiempo, sólo han pasado 10 años...

El claxón de un camión me sacó de mis pensamientos, ya dejó de llover, respiro profundo y continúo el trayecto a mi trabajo, ya habrá tiempo para recordar nuevamente...

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