lunes, 3 de agosto de 2009

La vecina -parte 1-

Hace 4 años estaba en HSBC en Toluca, era 15 de septiembre y era jueves así que valía la pena salirse a dar una vuelta a algun lado dado el "puente" quedé con unos amigos de ir a un lugar en Hidalgo llamado San Miguel Regla, yo tenía una vaga idea de donde se ubicaba, al menos 3 años atrás (es decir por ahi del 2002) había ido con una ex-amiga a un lugar cercano y recuerdo haberme perdido en un pueblo llamado Huasca, bueno como sea, había algunos letreros que decían San Miguel Regla asi que consideré que sería dificil perderme.

Pues llegó el viernes y partimos temprano rumbo a nuestra aventura, salimos rumbo a Pachuca, no era un viaje largo, pero sabía que llegando a Pachuca habría que tener cuidado de seguir en esta ocasión el camino correcto.

Llegamos a Pachuca y, por ser 16 de septiembre había un desfile de niños y taparon las avenidas principales y como era de esperarse, no había señalamientos, y de por sí Pachuca es complicada, pues bueno, me perdí otra vez algo así como una hora, entre el tráfico y las calles sin nombre y los habitantes de Pachuca que no saben mas allá de una cuadra, cansado de preguntar, de dar vueltas en círculo y yo sólo queriendo salir de ahi!

Después de mucho rato preguntamos a alguien que parecía no tener idea de donde vivía, pero a final de cuentas la persona a quien menos le creí fué la que me sacó de Pachuca.

Tomamos nuevamente la carretera y al poco rato encontramos los señalamientos de Huasca, aunque a diferencia de la primera vez sentí el camino mas largo, no podía ser que pudiera equivocarme no había desviaciones o cosas así, en fin, poco rato después llegamos a Huasca, almorzamos en la plaza y caminamos un poco por las calles, de ahi nos fuimos a buscar la tan mentada hacienda de San Miguel Regla, llegamos y como cualquier persona lo hubiera pensado, no había habitaciones disponibles!, era obvio era puente y nosotros nos fuimos así nomás, al ahi se vá.

Regresamos al auto y buscamos algún otro poblado cercano en donde tal vez encontramos algún lugar donde alojarnos, mas y mas camino y todos los hoteles llenos, después de un rato me cansé y decidimos pararnos en algo así como un Chapultepec en miniatura, donde había algunas actividades, caballos, lanchitas (era un lago chiquito), go karts, gotcha y algunos puesto de comida, era verdaderamente pequeño! pero tenía muchísma gente, nos dió curiosidad y nos metimos al camino, de hecho ahora que me acuerdo nos metimos sin pagar, pero no fué intencional! nadie nos cobró y hasta después de un ratos nos percatamos que cobraban :S

Seguí la fila de coches por algunos metros y los espacios estaban hasta la bien lleno, al poco rato ya no había nadie delante mio, ahora había más coches siguiendome, pero ya no había claros para estacionar el coche, así que cometí la chilangada de omitir el letrero de no se detenga y gire el volante para meterme en un terreno sin cerca obvio y como buenos mexicanos, los de atrás me siguieron, le dí la vuelta completa al terrenos y ahi venían los demás atrás de mi, era digamos algo cómico, hasta que me decidí a estacionarme así como venía y en diagonal, pues nuevamente y como buenos mexicanos los demás se estacionaron igual en diagonal haciendo una fila que al cabo de unos minutos ya tenía al menos 20 coches, inauguré un estacionamiento en un terreno que quien sabe de quien era :D y eso me dió mucha risa (ajá yo sé que no debí pero ya no había lugar)

Caminamos por ahi un rato, nos subimos a las lanchitas en el mini lago y perdimos el tiempo por un par de horas, luego que nos aburrimos nos fuimos de ahi con la esperanza de encontrar un lugar donde quedarnos que poco a poco la fuimos perdiendo, ya estabamos llegando a veracruz y no había nada, ni para acampar siquiera, esto último nos hizo perder por completo la esperanza, me di la vuelta y tomé el camino de regreso al DF.

Erika y Armando se empezaron a dormir (que gandallas) y yo me quedé al volante, ya tenía algo de hambre así que empecé a ir más rápido total ya no se daban cuenta de a que velocidad iba. Después de unas horas llegué a un pueblo cuya entrada parecía abandonada, sin gente, ni coches, como pueblo fantasma, me metí pensando que ahí encontraría algo que comer, algunas calles abajo ya empecé a ver personas caminando por las calles, el sonido de la música me hizo comprender que había fiesta en el centro y que toda la gente andaba por ahi.

Los demás despertaron y les agradó el pueblo, asi que busqué donde dejar el coche y empezamos a caminar y a buscar algo para comer, sin planearlo había regresado a Mineral del Monte, al mismo sitio donde había ido con Ángeles en alguna ocasión un par de años atrás.

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